Cuando Wanderers fue campeón porque se le fue su figura

Hace 16 años se terminaba la primera rueda del torneo 2001. Wanderers, pese a ir tercero en la tabla, sufría con la partida de su gran figura durante ese semestre: Rodrigo Valenzuela.

El pequeño jugador nacido en Unión Española se retiró como lateral derecho en Universidad Católica, pero por esos tiempos era un desequilibrante volante de salida. Unión Española lo había recuperado el 2000 desde el fútbol mexicano, país donde tuvo una primera estadía de mayor a menor, con lesiones incluidas. Ese año jugó 29 partidos por los hispanos e hizo tres goles. El Chico de a poco se reencontraba con el nivel que lo llevó a América de México el 98 y que lo tuvo jugando los amistosos previos a Francia 1998.

El 2001, con todos los enredos de los traspasos del fútbol mexicano, fue cedido a Wanderers y no a Unión Española. El equipo de Garcés sufría con las partidas de Reinaldo Navia, Héctor Vega, Domingo Arévalo, entre otros y se armaba para dar la pelea el 2001. Ese año, además de Valenzuela, llegaban Jaime Riveros, Silvio Fernández, Emiliano Romay, Alonzo Zuñiga, Arturo Sanhueza, se mantenía Rodrigo Núñez e irrumpía Joel Soto. Más tarde, justamente tras la partida de Valenzuela, llegaría el ex Boca Juniors Darío Scotto.

Esos primeros meses del 2001 fueron para muchos los mejores meses en la carrera de Rodrigo Valenzuela. Rápido, gambeteador y con llegada al gol. ¿Su problema? El mismo que no le pemitió pelear un puesto para Francia 1998: ¿De qué jugaba Valenzuela? A veces era 10, aveces delantero, a veces doble volante de salida y otras veces carrilero derecho. Olmos lo ocupó de puntero izquierdo en la selección, Pedro García de 10 en la Copa América 2001, Gustavo Huerta de doble volante de salida ante Inglaterra en Birmingham. También Olmos lo usó de puntero derecho en la Unión Española del 2000.

En ese primer semestre del 2001 jugó en todos esos puestos por Wanderers. Costaba recitar ese equipo de memoria. A veces era con un delantero, a veces con linea de 4, a veces con 3 atrás, a veces con Valenzuela, Riveros y Núñez de salida y otras veces con Valenzuela como lateral volante derecho y se centralizaba Villarroel. Claro, ahí el damnificado era Ormeño o Sanhueza.

Esos meses de Valenzuela fueron extraordinarios, tanto que el América de México, que casi olvidaba que lo tenía en sus filas, lo pidió de vuelta. Más tarde lo tendría en el plantel, pero primero haría buenos negocios con él enviándolo a León y Atlas.

Valenzuela se iba de Wanderers hace exactos 16 años, pero el Peineta Garcés ganaba un equipo base que luego sería campeón: Toro; Robles, Valencia, Barra; Villarroel, Ormeño, Sanhueza; Zúñiga; Riveros; Fernández y Romay (Soto o Scotto). Ese equipo agarró una racha impresionante de triunfos, muchos de ellos agónicos gracias al mejor suplente del fútbol chileno en ese año, Joel Soto.

Los caturros perdieron con la UC en la fecha 17, pero después jamás sabrían de derrotas. El historiador wanderino Alfonso Gómez describe la campaña: “Empate a 3 con Puerto Montt en el sur, 4 a 2 a Huachipato en Valparaíso, empate 1 a 1 con Rangers en Talca. Comienza la racha impresionante de triunfos. 4 a 1 a Universidad de Chile en Sausalito, 2 a 1 a Palestino en La Cisterna, 3 a 0 a Cobreloa en Viña del Mar, 2 a 1 a San Felipe en el Valle del Aconcagua, 2 a 1 a Unión Española, en la Ciudad Jardín. 1 a 0 a Coquimbo en el norte chico. Dos goleadas seguidas, 5 a 1 a Concepción en Valparaíso, 5 a 1 a Santiago Morning en Santa Laura, para en la penúltima fecha derrotar a uno de los candidatos al título, 1 a 0 a Colo Colo, con gol de Jaime Riveros, en inolvidable partido jugado en Sausalito”, cuenta.

Y agrega: “9 de diciembre, se juega la última fecha. Santiago Wanderers llega puntero con 63 puntos, seguido de Universidad Católica con 60 puntos. El equipo católico tenía posibilidades matemáticas de alcanzar al equipo caturro. Cuarenta mil hinchas wanderinos, ya sentados en el Estadio Nacional de Santiago, antes de que comience el partido de Wanderers, están pendientes de lo que ocurría en el Monumental, donde finalmente Colo Colo daba cuenta de Universidad Católica, con lo cual, antes de salir a la cancha, la estrella ya brillaba en Valparaíso. Santiago Wanderers era campeón de la temporada 2001. Con la alegría de todos los wanderinos que estábamos presentes, el elenco dirigido por Garcés, ganaba a Audax Italiano por 4 a 2”.

En el palmarés de Valenzuela cuenta ese título pese a jugar solo el primer semestre y nunca haberse puesto la mítica camiseta con el modelo de los panzers. En Valparaíso recuerdan esos pocos meses en que brilló, que lo llevó de vuelta a la Roja y lo revalorizó en México. Garcés, viejo zorro, supo ordenar la casa. Riveros fue líder, apareció Soto y Wanderers le entregó a Ormeño y Sanhueza al fútbol chileno tras años de bajo perfil. Se había ido Valenzuela, pero había nacido el Wanderers campeón del 2001.