Copa del Mundo Colombia 1986: El torneo que no fue

En 1982, mientras la Italia de Zoff, Tardelli y Paolo Rossi celebraba en los pastos del Santiago Bernabéu la obtención del Mundial de España, en las tribunas y en las pantallas, como en todo fin de certamen, comenzaban a aparecer mensajes referentes a la cita venidera:  “Nos vemos en Colombia 1986”.

Colombia se convertiría en el quinto país sudamericano en albergar un Mundial. Uruguay había sido sede en 1930, Brasil en 1950, Chile en 1962 y Argentina en 1978. Los cafetaleros se lo adjudicaron en 1974, doce años antes de su organización. En ese entonces los torneos eran de 16 equipos, pero desde 1982 se había elevado a 24. Se necesitaba mayor infraestructura. Más carreteras, aeropuertos, estadios de mayor capacidad, telecomunicaciones. Incluso la Fifa se inmiscuía en políticas del país, como impuestos, congelación de tarifas hoteleras seis meses antes del Mundial y libre tránsito de personas VIP.

El impulsor de llevar el Mundial a Colombia fue Alfonso Senior. Era el Carlos Dittborn de ellos. Había sido el encargado de poner en alto el fútbol colombiano con el Millonarios. Había llevado a Pedernera, Pipo Rossi y Alfredo Di Stefano. Ahora se llevaba el Mundial con la promesa de cumplir el petitorio de la Fifa. El flamante presidente Joao Havlenage le ponía todas las fichas a Colombia tras una reunión con el presidente colombiano Alfonso López Michelsen. Toda iba a estar bien.

El tiempo empezó a pasar y los avances no se veían. El Estado ponía poco y nada de su parte y buscaron ayudas de privados creando la Corporación Colombia 1986, una especie de súplica a empresarios y gente de a pie para que colaboraran con dinero. Por su parte, la Fifa estaba más preocupada de sacar adelante el Mundial de Argentina 1978 en plena dictadura. Por unos años había sacado sus ojos de Colombia.

Tras el manchado Mundial argentino, la Fifa empezó a preocuparse. Se especuló con reuniones con EEUU para darles el Mundial, pero ellos estaban centrados en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984. Desde Norteamérca también empezaban a presionar los auspiciadores. Ya estábamos en 1980 y en Colombia cambiaban las prioridades. El narco y la guerrilla iban en pleno auge. El Estado comenzaba a luchar con las FARC y el ELN.

Llegó el Mundial de España 82, se jugó, resultó perfecto en tierras europeas. Se despidió con el mensaje “Nos vemos en Colombia 86”, pero ya era un secreto a voces que se vendría un cambio de sede. Se hablaba de cuatro países como opciones. El 25 de octubre de 1982, el entonces presidente Belisario Betancur dio el anuncio: «Aquí en el país tenemos muchas cosas que hacer y no hay tiempo para atender las extravagancias de la FIFA y sus socios«, afirmó en cadena nacional. «El Mundial debía servir a Colombia, y no Colombia a la multinacional del Mundial»

Las nuevas opciones eran Canadá, México, Brasil (cuándo no) y EEUU (cuándo no). Finalmente fueron los aztecas que se adjudicaron el torneo en mayo de 1983 al cumplir con las condiciones que ya tenía desde 1970. Se convertiría en el primer país en organizar dos mundiales, reemplazando al primer país que renunció a ser sede de la Copa del Mundo en toda su historia.

Entre 1982 y 1986 Colombia vivió algunos de sus años más negros con toma del Palacio, muertos, heridos, y los carteles del nacotráfico haciendo y deshaciendo en el país. Para peor, tuvieron que ir a jugar eliminatorias luego de estar clasificados por ser anfitriones. En esas Clasificatorias instauraron la camiseta amarilla, un cambio ante el Mundo, ya que antes no usaban los colores patrios. Con camiseta nueva, y juramentando limpiar la imagen del país, no clasificarían a México 86, el mundial azteca que estuvo en riesgo por el gran terremoto de 1985.