Colo Colo 91: El equipo que eliminó al Boca que tenía un estadio que latía

Eso de que La Bombonera “no tiembla, sino que late” no es una frase tan vieja. Nació exactamente el 8 de mayo de 1991 por los cuartos de final de la Copa Libertadores. Por el partido de vuelta de esa llave Boca Juniors debía vencer por dos goles a Flamengo tras el 1-2 en el Maracaná, y así enfrentarse a Colo Colo en semifinales. En Chile quisieron ponerle a ese duelo trasandino como la “final anticipada”, pero en Sudámerica  decían que el enfrentamiento Boca-Flamengo, dos fases antes de la final, era el verdadero cruce decisivo. No contaban con el equipo de Mirko Jozic.

Los que estuvieron esa noche en La Bombonera, mientras Colo Colo eliminaba en esta misma llave a Nacional de Uruguay, dicen que es el espectáculo más conmovedor presenciado en ese estadio, que ya por si solo lidera el de “Mejor Espectáculo Deportivo del Mundo”, cuando recibe a un Boca – River. El rival, pero sobre todo el escenario, hacen de ese enfrentamiento un espectáculo único en el mundo. Los que estuvieron ese 8 de mayo en el Boca-Flamengo dicen que cualquier superclásico argentino de la historia le queda chico al duelo de 1991 entre xeneizes y cariocas.

Los brasileños tenían a un joven Vanderlei Luxemburgo en el banco, al histórico Junior de capitán, y un equipo repleto de figuras como el meta Gilmar, Wilson Gottardo, Zinho, Gaúcho y nuestro conocido Marquinhos, quien luego iría a la Copa América 1993 y en 1999 jugaría en Colo Colo. Los argentinos contaban con Navarro Montoya, Juan Simón, Latorre, Graciani y Batistuta, pero necesitarían algo más: el apoyo de su gente en el partido de vuelta. La hinchada cumplió con creces. Ese día los casi 60 mil espectadores no solo hicieron temblar La Bombonera, sino que también latir. Las puertas se cerraron mucho antes del inicio del encuentro, porque hasta los pasillos y las escaleras estaban repletos de gente. Otros miles quedaron afuera. El campo de juego era un mar de fotógrafos e incomprobables acreditados, misma situación que hasta el día de hoy denuncian como anómala en el Colo Colo – Boca Juniors de hace 29 años en el Monumental.

Según consigna el Diario Olé fue el más experimentado del equipo brasileño el que quiso poner paños fríos tras ver varias rostros de pánico en el vestuario que se encontraba abajo de las galerías del estadio: «Tranquilos, tranquilos. Si ustedes juegan todas las semanas en el Maracaná con 200 mil personas, ¿cómo pueden impresionarse ante esto?», les dijo Junior a sus compañeros para intentar calmarlos camino al campo de juego. Pero en ese preciso instante escuchó una respuesta contundente: «Ocurre que en el Maracaná la tierra no late como acá”.

El susto de los brasileños era total y trataron de calmar los ánimos saliendo con un cartel a favor de Diego Maradona, que en ese año atravesaba “duros” momentos por su adicción a las drogas, llegando incluso a ser allanado por la policía y sentenciado a rehabilitación, además de ser castigado por la Fifa por doping tras un partido de la liga italiana en abril de ese año. El cartel con la leyenda “Maradona, Flamengo te ama hoy y siempre” más que calmar a los espectadores, los hizo explotar. Antes de empezar, ese estadio ya era un constante temblor grado 6.

Con los hinchas cantando durante los 90 minutos, lo del equipo del Maestro Tabárez fue una contundente mezcla de garra y buen fútbol. Mientras Latorre, Batistuta, Carlos Daniel Tapia y Graciani se lucían arriba, los hinchas también tenían tiempo para celebrar la fuerza de su volante de contención “Huevo, huevo, huevo. Giunta, Giunta, Giunta”. Fue 3-0 final con doblete de Gambetita Latorre y otro de Batigol. A la semana siguiente recibirían a Colo Colo en ese mismo estadio. Con el pecho inflado y con la confianza de haber ganado una final anticipada.

Lo que los argentinos no se esperaban era enfrentarse a un equipo chileno que salía de los moldes de los clubes nacionales, de esos que les ganaban solo con la camiseta. Aún así intimidaron no solo con el estadio, sino que también con viejas mañas sudamericanas. El bus que los llevaba al estadio se perdió y terminó en la mitad de la barra de Boca Juniors. Además, en el camarín había de agua tibia para arriba. «Menos mal llevábamos nuestras aguas minerales». contaba después Lizardo Garrido, el líbero del equipo de Mirko Jozic, quien había inculcado un sistema diferente, con mucho físico en todos los sectores del campo, pero con una columna vertebral muy cerebral: Morón, Garrido, Vilches y Espinoza. Justamente fue el Chano el que logró callar a todo el estadio en el partido de ida de semifinales, cuando salió jugando con doble “rotonda” ante la asfixiante presión argentina a 20 minutos del final. Hasta ahí iban solo 1-0 y los boquenses sabían que necesitaban aumentar la diferencia porque en Chile se les podía complicar. Colo Colo terminó abrazándose en La Bombonera con el 1-0 en contra.

Y se les complicó no más. En Chile fue 3-1 con doblete de Martínez, golazo de Barticciotto, achique de Morón a Batistuta y pelea campal en el campo de juego. Pero eso seguro lo leerán, verán y escucharán en todos lados en este aniversario 29 de ese partido. La historia de cómo un equipo chileno eliminó a un gigante de Argentina que solo poquitos días atrás había “inaugurado” un estadio que latía. Para hacer más épico el triunfo de Colo Colo.