1994: El Efecto Mariposa del Chamelo Marcelo Salas

Hasta diciembre de 1993 Marcelo Salas (24-12-74) era el Chamelo. Un joven de Temuco que despuntaba en las series menores de Universidad de Chile y que había sido figura en las Sub 17 y Sub 20 de Chile a comienzos de los 90, pero cuyas selecciones no habían tenido mucho éxito. Le tocó justo una generación antes que la Selección de Neira, Tapia y Rozental que fue tercera del mundo en Japón.

En 1993 había debutado en abril ante Colchagua por Copa Chile, pero no fue hasta 1994 que se puso la 11 de la U en el Torneo Nacional. Aún en el torneo correspondiente a 1993, el Chamelo fue titular ante Cobreloa en Calama por la fecha 29 del torneo. Ese 2 de enero de 1994 la U cayó 2-1, pero Marcelo Salas marcaría un golazo recibiendo un centro desde la izquierda del entonces volante Fabián Guevara. El 11 la controlaría de pecho y definiría con volea de zurda ante la salida de Enrique Berríos, en un gol muy similar al que le marcaría a la UC en la recta final de 1994. Salas comenzaría con todo ese año, y lo terminaría aún mejor. 99% producto de su talento, pero con un 1% de azar. 

En 1994 la U cumplía 25 años sin levantar un título. Arturo Salah había legado en 1992 con grandes refuerzos, pero ni ese año ni en 1993 habían podido pelear el campeonato hasta el final. Con una base armada, los azules buscaron una nueva columna vertebral. Ronald Fuentes llegó para la defensa y Patricio Mardones a la contención para acompañar a Musrri. Se había ido Mariano Puyol, pero Esteban Valencia volvía desde un préstamo en Osorno para ser titular. La billetera del Doctor Orozco seguía abierta para un 10 y un goleador. Sergio Vargas, Rogelio Delgado y Juan Carlos Ibáñez eran los extranjeros del equipo. El delantero Ariel Beltramo había dejado su lugar, pero para ser ocupado por un volante de salida. El nuevo delantero tenía que ser chileno. 

La prioridad de Salah para la conducción era Gerardo Reinoso, por esos años en México. Lo de la Vieja no se haría y llegaría un tucumano desconocido para Chile, pero que en solo 11 meses la rompería: Raúl Aredes. Para el puesto de goleador todas las fichas estaban puestas en el Búfalo Carlo Poblete, un 9 chileno que se cansaba de hacer goles en México, campeón de todo con el Puebla, y que en 1994 recién llegaría a los 31 años, completamente vigente. Lo del 9 que había debutado en la U en 1983 y que se había ido en 1986 se hizo imposible. Salah debió mirar hacía adentro.

Con Ibáñez como atacante seguro tras una gran campaña en 1993, el DT debía buscarle compañía. El elegido sería Marcelo Jara, promesa del club desde comienzos de la década, pero que en 1992 y 1993 había mostrado solo a chispazos lo mejor de él. Ahora Salah iría por un tercer delantero, sobre todo tras las constantes lesiones de Eduardo Cofré. El hombre elegido en un principio sería Sergio Ceballos, quien venía desde Cobresal. No convenció y partiría rápidamente a La Serena. Ya con la temporada iniciada, las fichas se moverían al cobreloíno Luis Guarda, a quien Salah nominó varias veces cuando dirigía a la Roja. Tras él vendría Marcelo Salas y el Polaco Goldberg, quien volvía de dos años a préstamo en Wanderers.

Claro, como cuando dicen que el bueno era Gabriel Silbernstein y no el Chino Ríos, ese año 1994 se decía que el de las oportunidades sería Marcelo Jara y no Marcelo Salas. Eso hasta que llegó la Copa Chile y la regla decía que debía haber un Sub 20 en cancha. Mientras en Concepción reemplazaban al juvenil Mauricio Aros antes de los 10 minutos para no dar ventajas, la U se la jugaba por un delantero, a diferencia de la mayoría de los equipos que optaban por laterales o uno de sus cuatro volantes. El Chamelo, que le quitó ese cupo de Sub 20 a las promesas David Reyes y Juan Silva, se cansó de hacer goles, varios de ellos a Colo Colo. En tiempos que los Fabulosos Cadillacs pegaban con todo, Salas Melinao dejó de ser el Chamelo y comenzó a ser el Matador. Vientos de Libertad, sangre combativa. La historia dice que el apodo se lo pusieron en Extra Jóvenes, por esos años programa referente de los Sub 20 del país.

Pese a tener la titularidad asegurada a poco andar el Torneo, el refuerzo Luis Guarda se puso a punto y comenzó a meterse en el primer equipo. Había vuelto a sus mejores años en Cobreloa y ya había llegado al gol. Pocos días después se le detectaría un doping positivo, al mismo tiempo que Eduardo Gino Cofré, el 9 que siempre le gustó a Salah, no lograba recuperarse. Desde ahí la delantera de la U fue Marcelo Salas y uno más. Ibáñez, Jara y Goldberg peleaban el otro lugar, con ventaja para el fallecido Bombero. El Ñato Jara había vuelto a las intermitencias.

Tras la consolidación en la titularidad vendría la idolatría, el debut en la selección con gol ante la Argentina de Maradona, el “gol del campeonato” ante la UC, el título tras 25 años y el logro de vicegoleador del torneo (27 goles) tras Alberto Acosta (33 goles). 

Un 1994 redondo, ayudado por el 1% de la no llegada de Poblete, de la regla del Sub 20 en Copa Chile, de la decepción de Ceballos, las deserciones de Guarda y Cofré, la intermitencia de Jara y el éxito de los Fabulosos Cadillacs. Ese 1994 se dio todo para el temuquense que aún no se acomodaba a Santiago. En una fría pensión lo estaba esperando.