1991, cuando la UC quiso tener a lo mejor de Perú

Hablar de jugadores peruanos en Chile da para largo, la mayoría seleccionados incaicos. Cueva, Ruidíaz, Canchita Gonzales, Josepmir Ballón en el último tiempo. Barco, Baroni, Magallanes y Maestri en los 90. Pero si es que hay que acordarse de uno, ése es José Guillermo Del Solar.

El Chemo llegó con 22 años a Universidad Católica en 1989 ya siendo seleccionado peruano. Por aquellos años era un elegante central zurdo, pero que no le hacía el quite al juego brusco. Ganaba por arriba, metía los brazos. Era un jugador rudo que, tras su partida al Tenerife después de la Copa Libertadores 1992, se convirtió en un fino mediocampista central, más del estilo de Fernando Redondo. Los cruzados se embolsaron un millón y medio de dólares con su venta a Europa. Logró salir más rápido que todos sus compañeros chilenos que venían asomando en la UC desde mediados de los 80, salvo Fabián Estay, quien en 1991 había partido al Saint Gallen de Suiza.

Pese a ser joven, Del Solar tenía mucha jerarquía. Se hizo líder en la UC. De la defensa y del plantel donde estaba el Coke Contreras, Lepe, Reinoso, Percudani, Cornez, Carlos Soto y otros con voz de mando. Muchas veces el peruano fue capitán. Era escuchado por sus compañeros y dirigentes. Él fue el nexo para cerrar el fichaje de la otra gran atracción del fútbol peruano en 1991: el centrodelantero de Universitario Andrés Gonzáles.

Balán, como era apodado, tuvo de cabeza a la defensa de Colo Colo en la Copa Libertadores de 1991. A él José Daniel Morón le hizo “la” tapada de la Copa en el último minuto del duelo de vuelta entre Colo Colo y Universitario. Era un 9 alto, potente. Ya había estado en las Eliminatorias a Italia 90 y se preparaba para ser el centrodelantero titular de Perú en la Copa América 1991 que se iba a jugar en Chile.

Ya con la delegación peruana en Chile para afrontar el torneo, Andrés Balán Gonzáles salió varias veces de la concentración para negociar con la UC. Firmaron un jugoso precontrato y hubo foto oficial con símbolos de la UC. En muchas nóminas del torneo Andrés Balán Gonzáles apareció inscrito como jugador de Universidad Católica. Solo una tragedia podría romper ese millonario precontrato, la que iba a ser la primera experiencia internacional del gran 9 peruano.

Y la tragedia ocurrió. El DT Miguel Company vio al jugador desconcentrado con todo lo del contrato en la UC y decidió dejarlo en la banca para el debut peruano ante Paraguay, llenando el equipo de volantes. Gonzáles necesitaba jugar, demostrar el cachito que le faltaba para firmar el contrato definitivo. Lo malo es que ese Perú no convencía, no tenía mecánica, no jugaba para los delanteros. El defensor Del Solar ya empezaba a jugar en el mediocampo. La idea era arroparse bien y que se las arreglaran arriba.

El delantero “se sacó”. Con solo 23 años y toda una carrera por delante reaccionó mal ante el DT y se negó a jugar el siguiente partido, nada menos que ante Chile. Se especuló que era una condición de Universidad Católica, pero el atacante aclaró rápido que era porque no se sentía concentrado. “Me pasó por ser honesto”, decía tras su regreso a Perú. Regreso que fue mucho antes que el de sus compañeros porque fue expulsado de su selección en la mitad de la fase de grupos. Company no aguantó su mala disposición y lo sacó del plantel, quedándose con un jugador menos para gran parte del torneo si es que lograba avanzar a segunda fase. 

Gonzáles, el expulsado, Gonzáles, el polémico. La UC ya no quería en sus filas a un jugador echado de su selección. Podía ser un mal precedente. El precontrato se rompió. Dicen que era por un millón de dólares de la época. Esa plata no se gastó en la segunda mitad de 1991, sino que en el primer semestre de 1992, donde llegaron Alejandro Glaría y Alejandro Kenig primero, y Juan Carlos Almada y José Cardozo después.

Balán siguió siendo figura en Perú. Fue bicampeón con Universitario en 1992 y 1993, sumado al título que ya tenía en 1990. Fue llamado nuevamente a la Copa América de 1993 y a las Eliminatorias 1994. Es que no era conflictivo. Ese año 1994 fue que finalmente pudo irse al extranjero para jugar en el Betis de España. Estuvo también rumbo a Francia 1998 y fue campeón con Alianza Lima en 1997. Eso sí, hace mucho rato ya no era el 9 titular de Perú. Ese era Flavio Maestri, quien apareció justo tras el “Escándalo Balán Gonzáles”, el 9 peruano que se convirtió en el primer gran pase frustrado de la UC.